| |
|
|
|
|
Descripción:
Se trata del sapo más grande y robusto de entre los de la Penínula Ibérica, alcanzando tamaños de hasta 15 cm., aunque se han dado casos de hembras de hasta 21 cm.
Tiene la cabeza ancha y el hocico redondeado, los ojos bastante adelantados, con pupila horizontal e iris rojizo o cobrizo con moteado oscuro. Presenta grandes glándulas paratoideas, no paralelas que divergen posteriormente, El tronco es fuerte y grueso con patas muy robustas, con cuatro dedos en las anteriores, que además presentan 2 tubérculos palmares, y cinco dedos en las posteriores con membranas interdigitales grandes. Es de un color variable que va desde el pardo oscuro al gris claro, teniendo las partes inferiores un color más claro blanquecino o amarillento.
|
|
|
|
|
|
| |
|
| |
|
Los machos son más pequeños que las hembras, tienen los miembros anteriores más largos en comparación y los antebrazos más robustos, además, durante el periodo de celo, tienen callosidades en los tres dedos más internos de las manos.
El renacuajo es pequeño (no más de 35 mm.) y bastante oscuro presentando muchos individuos motas doradas o plateadas con tonos grisáceos en el vientre. El espiráculo está en el flanco izquierdo y situado ligeramente hacia atrás. La anchura de la boca es igual o mayor a la distancia entre los ojos y el pico es corneo blanquecino.
|
|
|
|
|
|
| |
|
| |
|
Según los últimos estudios (Jan W. Arntzen1, Jacob McAtear1, Ernesto Recuero2, 3, Janine M. Ziermann1, 4, Annemarie Ohler5, Jacques van Alphen1, Iñigo Martínez-Solano. (2013). Morphological and genetic differentiation of Bufo toads: two cryptic species in Western Europe (Anura, Bufonidae) ), el sapo común que podemos encontrar en la Península Ibérica y parte del oeste y el sur de Francia, así como el norte de África, sería una especie propia y diferenciada del sapo que habita buena parte del resto del continente europeo, anteriormente identificadas ambas especies como Bufo bufo. Así, se dejaría el nombre cientfífico de Bufo bufo para ese último y recibiendo el presente en la Península Ibérica, parte del territorio francés y norte de África el nombre de Bufo spinosus en alusión a las espinas queratinizadas que se presentan, en algunos ejemplares, en las berrugas de las mejillas que, a menudo, suelen ser además las berrugas más grandes.
Los científicos además nos proporcionan un método claro para diferenciar los ejemplares de las dos especies, aunque en la Península Ibérica no vamos a tener problemas pues todos los especímenes estudiados (algunos del Sistema Central, Sierra de Gredos), correponden a la especie descrita Bufo spinosus. El modo de diferenciarlo sería a través de la posición de las glándulas paratoideas. Estás glándulas serían paralelas o muy ligeramente divergentes en Bufo bufo, esto es, (existe la misma distancia entre los extremos de estas glándulas más cercanas al morro del animal que los extremos más alejados o, si acaso, existe una distancia ligeramente mayor en los extremos de las glándulas paratoideas más separados del morro del animal), mientras que en Bufo espinosus la posición de las glándulas paratoideas es claramente divergente, esto es, (existe una separación claramente menor entre los extremos de las glándulas paratoideas más cercanos al morro del animal, que entre los extremos más alejados). Otro
elemento de diferenciación sería el tuberculo metatarsal de las patas posteriores, que es redondo y pequeño en Bufo bufo y algo más alargado y extrecho en nuestro Bufo spinosus.
El sapo común, ocupa casi toda la península ibérica. En la Sierra de Guadarrama se le puede encontrar desde la meseta y piedemonte hasta la alta montaña. Requiere para su reproducción masas de agua de cierta extensión, como pantanos, charcas, embalses, abrevaderos, recodos de ríos, lagunas de montaña, etc… En Valsaín lo hemos encontrado en muchos enclaves pero sus mayores puntos de reproducción los hemos encontrado en los embalses del Pontón y de El Salto del Olvido y dentro de los Jardines de La Granja en el conocido como el Mar.
Es un anuro activo durante el crepúsculo y la noche, y se mueve durante el día en época de celo en días lluviosos o húmedos y con buena temperatura, aunque lo normal es que pase el día oculto bajo piedras. En la Sierra de Guadarrama pueden estar activos entre Marzo y Octubre, aunque lo normal es que los primeros amplexos se produzcan en Abril, llegando en zonas de montaña a retrasarse incluso hasta Junio. Los adultos son terrestres pero recorren amplias distancias (incluso hasta 3 km) para aparearse en el mismo punto donde nacieron, llegan a la charca en primer lugar los machos y sobre todo los más grandes, entre 3 y 20 días después empiezan a aparecer las hembras , también primeramente las más grandes. Los machos pasan entre 3 y 28 noches en la charca mientras que las hembras entre 3 y 6. La relación entre machos y hembras suele ser tan desigual a favor de los machos, que muchas veces la hembra ya está emparejada antes de llegar al agua y otras veces son tantos machos los que se agarran a ella que la terminan por matar.
|
|
|
|
|
|
El amplexo es axilar y la hembra pone dos cordones de huevos de varios metros, donde llega a haber hasta 14000 huevos. Estos huevos suelen tener un tamaño de entre 1,5 y 2 Mm. y tardan en eclosionar entre 1 y 2 semanas. El periodo larvario es muy variable dependiendo de factores como la temperatura del agua y la cantidad de alimento disponible, pero suele estar entre 2 y 4 meses. Los renacuajos son negros y diurnos y suelen mantenerse agrupados de tal forma que si uno de ellos es herido emite una sustancia que hace alejarse a los demás. Los recién metamorfoseados suelen medir entre 6 y 15 mm y se dispersan en todas las direcciones. Alcanzan la madurez sexual a los 3 años los machos y hasta 4 las hembras siendo incluso mayor este tiempo en las zonas de alta montaña. Pueden vivir en cautividad hasta los 30 años aunque en libertad no suelen superar los 20.
Se alimentan de coleópteros, himenópteros, dípteros, lepidópteros, además de otros insectos como saltamontes y ciempiés y babosas o incluso otros anfibios. |
|
|
|
|
|
| |
|
| |
|
Entres sus depredadores se encuentran turones, nutrias, tejones, erizos, culebras viperinas, aguilas calzadas, azores, culebreras, abejeros, cigueñas, garzas, aguiluchos cenizos, ratoneros, cárabos, búhos reales y lechuzas. Sobre las larvas depredan culebras viperinas e insectos acuáticos. Para defenderse de sus depredadores los sapos comunes estiran sus patas, hinchan sus cuerpos y bajan la cabeza, haciéndose aún más grandes , además expulsan por las glándulas de su cuerpo (especialmente paratoideas) unas secreciones irritantes para las mucosas de muchos animales (incluido el hombre).
Como curiosidad decir que existe una mosca (Lucilia bufonívora) que pone sus huevos en el dorsos de los sapos comunes y cuando nacen las larvas se introducen por los orificios nasales del sapo, alimentándose primero de esas partes para terminar comiéndoselo entero en algunas ocasiones. Esta infestación suele terminar con el sapo en 2 ó 3 días.
El sapo común era un anfibio abundantísimo que ha sufrido un gran declive, por perdida o contaminación de sus puntos de reproducción, por atropellos y también de manos del hombre, puesto que el escuerzo (nombre que se le da a las grandes hembras) ostenta el dudoso “honor” de ser uno de los animales más repulsivos para nuestra cultura.
|
|
|
|
|
|
| |
|
| |
|
|
|
|
|
|
|
|