Descripción:

Hierba vivaz de hata 120 cm de altura, que se desarrolla por medio de gruesos rizomas. Tallos erectos y robustos (a menudo quedan de pie a pesar de las nevadas). Hojas simples, enteras, opuestas, elípticas u ovadas con nervios longitudinales muy visibles de hasta 30 cm. Flores agrupadas a lo largo de tallo en verticilos axilares en grupos de 3 a 10. El cáliz es dentado. La flor es amarillenta o anaranjada. Fruto en capsula.

Cuándo encontrarlas:

De Junio a Agosto, aunque en los Montes de Valsaín hay que buscarla florecida en torno a la segunda quincena de Julio.

Donde encontrarlas:

Cervunales y piornales aclarados. Se la puede encontrar en numerosos puntos de alta montaña como Peña Citores, canchales de Majada Aranguez, etc...

Observaciones:

Se conocen desde antiguo sus muchas propiedades como febrífuga, coagulante, antídoto de venenos, etc..), y en los últimos tiempos como tónico estomacal debido a los glucósidos amargos de sus gruesas raíces, que, cortados y desecados se utilizan contra la falta de apetito y anoréxia. También se ha empleado en veterinaria para curar enfermedades de las vacas. Otras de las múltiples funciones para la que se ha empleado la raíz es como anticaída para el cabello en forma de loción.

Las raíces se pueden poner a fermentar y se puede obtener de dicha fermentación el "vino de genciana" de baja graduación. Además se puede destilar y obtener aguardiente de genciana.

El nombre procede de Getilus (rey de Illiria que, según Plinio, descubrió las virtudes de dicha planta). La excesiva recolección provocó la rarefacción de la especie en buena parte del país por lo que ahora, aún estando en franca recuperación está protegida por ley.