Descripción:

Es un arbusto que alcanza hasta los 3 metros de altura. Posee ramas jóvenes pelosas y de un color rojizo.

Las hojas son caducas y opuestas, pecioladas, de forma elíptica y recubiertas de una borra por ambas caras. Son verdes oscuras por el haz y algo más claras y más pilosas por el envés. Suelen medir entre 3 y 7 cm de largo. Las flores van en parejas sobre un pedúnculo de 1 ó 2 cm, de color blanco o blanco amarillento de cerca de 1 cm.

El fruto es una baya redondeada, de color verde al principio para pasar al rojo brillante cuando están maduras. Cada baya viene unida a la de al lado y posee 4 huesecillos en su interior. El cerecillo fructifica a finales de verano. Sus bayas son de un tamaño menor que un guisante.

Usos del fruto:

Los frutos son tóxicos e irritantes para las mucosas y la piel. Tienen sabor ácido desagradable. Contienen xilosteína que cuando son comidos, provocan vómitos, diarreas y convulsiones. Parece que la dosis letal en conejos es de 6 bayas.

Vive en zonas umbrosas y húmedas, cerca de la ribera de ríos y arroyos, alcanzando hasta los 1600 m.s.n.m. En Valsaín no es una especie muy abundante y sus mejores poblaciones las podemos encontrar en el Valle de la Acebeda y los vallejos que lo cruzan, así como en la zona de la Tolla de los Guindos.

Parece que las bayas son muy apetecibles para las aves que las comen bien y ayudan a sus dispersión en el bosque.

El nombre del género ha sido dedicado al botánico alemán Lonicer.