Descripción:

El avellano es un arbusto de hasta 5 m de altura. Posee numerosos troncos en los que no se puede apreciar ninguno principal. Su corteza es lisa, de color pardo-rojizo a grisáceo.

Poseen hojas grandes, caducas, redondeadas, ligeramente acorazonadas en la base y puntiagudas en el extremo, son ásperas al tacto, con consistencia del papel y presentan márgenes doblemente aserrados, (con dientes grandes formados a su vez de dientes más pequeños) .

Poseen flores masculinas y femeninas en el mismo árbol. Las masculinas son en forma de espigas que empiezan a florecer en agosto y que terminan de abrirse durante el invierno. Estas flores se encuentran bien visibles en las ramas del año. Las flores femeninas son mucho más pequeñas y se encuentran en las axilas de las ramitas.

Los frutos son las conocidas avellanas. Son frutos secos, que no se abren al madurar, ovoides, con una cubierta leñosa parda, que contienen una sola semilla de muy buen sabor. Las avellanas maduran a principio del otoño.

Usos del fruto:

La semilla contiene mucho aceite hasta un 60%. Este aceite se ha utilizado en cocina, pero también con fines industriales, pinturas, lubricantes, combustibles, perfumes...

Las avellanas silvestres son más pequeñas que las cultivadas pero tienen más sabor. Son muy apreciadas en repostería, para chocolates y además se consumen en crudo, tostadas, garrapiñadas, se hace licor con ellas, en crema, galletas, etc...

Las avellanas se han consumido con la creencia de que ayudaban a la retención de orina dándolas a las personas y niños que se orinaban en la cama. Está demostrado que el consumo moderado y diario de avellanas ayuda a rebajar los niveles de colesterol en sangre. También era frecuente comer avellanas en las romerías especialmente en la de Nuestra Señora del Henar (Cuellar).

Se encuentra en las riberas de los arroyos, en lugares frescos y húmedos, llegando incluso a los 1800 m. En Valsaín se encuentran varias poblaciones, la más numerosa será sin duda la de los alrededores del Puente de la Cantina, aunque se pueden encontrar otras poblaciones en el arroyo del Telégrafo o al lado de la carretera Forestal de La Cueva del Monje, bajo los Ceniceros Altos.

Su método de dispersión es normalmente producido por los roedores que roen la corteza y esconden las avellanas en fisuras de piedras y en sus huras propiciando su distribución.

El nombre de Corylus podría proceder del griego "Korus" que significa casco, por lo parecido de este a las avellanas.